La arquitectura como collage
Miguel Zúñiga
7 – enero – 2024
Toda ciudad es, en mayor o menor medida, un gran collage. Sobre las ciudades se solapan distintos momentos históricos que se materializan a través de sus edificios, calles y plazas; es decir, en su arquitectura.
Berlín es, probablemente, una de las ciudades donde mejor se comprenda y se visualice esta cualidad de collage. Al sur del Tiergarten, en la zona del Fórum Cultural y cerca de Postdamer Platz, se ubica la Iglesia de St. Matthäus, construida en 1845 por el arquitecto prusiano Friedrich August Stüler –creador del plan urbanístico de la Museumsinsel y del Alte Nationalgalerie–. Un siglo más tarde, esta zona estuvo prácticamente destruida a causa de los daños que dejaron los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y, además, por las demoliciones que el Nacionalsocialismo hizo en su plan para crear la gran Germania. Fueron pocos los edificios que resistieron, entre ellos la Shell House (1931) del arquitecto Emil Fahrenkamp, el antiguo tribunal de justicia –del que hablaremos más adelante– y éste pequeño templo.
En 1962, Mies Van der Rohe puso en relación con esta iglesia una de sus obras más importantes, la Neue Nationalgalerie; relación discreta, casi imperceptible para el visitante pero que en planta resulta evidente.
La iglesia tiene su ábside frente a la calle Segismundo. Del otro lado de la acera se encuentra la galería, donde Mies coloca las escalinatas laterales que ascienden en paralelo con la calle hacia el gran plinto que la rodea. En planta, los paños laterales de la iglesia trazan líneas imaginarias con la gran cubierta del pórtico, por un lado, y con el lindero del jardín de las esculturas, por el otro. Así, Mies construye un gran vacío frente al templo, una especie de atrio posterior que la enmarca y le da continuidad.
Del otro lado de la galería, al sur, se encuentra el canal Landwehr, un pequeño brazo del río Spree que serpentea a lo largo de la ciudad. Aquí, además, se construyeron dos de las obras más importantes de Hans Scharoun: la Filarmónica de Berlín (1960-1963) al norte de la galería y la Biblioteca Estatal de Berlín (1967-1978) al oriente. Dos edificios que en sí mismos representan una gran relevancia arquitectónica y que forman parte esencial del collage urbano.
Al poniente de la galería, frente al canal, se ubica el antiguo tribunal de justicia, obra del arquitecto Paul Wallot –creador del edificio del Reichstag–. En este solar, entre 1979 y 1988 se construyó el Wissenschaftszentrum de James Stirling y Michael Wilford, quienes ganaron el concurso para desarrollar el Centro de Ciencias, con un programa compuesto en su mayoría por oficinas y cubículos de trabajo individual. Su propuesta fue integrar el edificio preexistente y dividir la totalidad del programa en distintos volúmenes.
Cada uno de estos volúmenes se compone con una tipología diferente y completamente desvinculada de su función original. Eligieron typos como la planta basilical, el teatro romano, el castillo escocés, la torre de los vientos y la estoa. Las dispusieron generando un patio central, sin un orden aparente y entrelazándose sutilmente entre sí1. De esta manera, proyectaron la planta del edificio como un collage histórico que pone en relación las distintas tipologías y las resignifica poniéndolas en un nuevo contexto, en otro momento histórico y con una nueva función. Experimentan con el fragmento y re-crean una analogía de la ciudad y del contexto que les rodea.
Este encuentro entre arquitectura y tiempo es, finalmente, lo que nutre y abraza tanto al Centro de Ciencias como al conjunto urbano formado por la distintas obras emblemáticas de la arquitectura que están a su alrededor. En ambos casos, es la suma de fragmentos, el collage de arquitectura y de momentos históricos, lo que compone una nueva totalidad heterogénea, rica y diversa.
1 La composición en planta está probablemente influenciada por Louis Kahn y su proyecto para el convento de las madres dominicas (1965-1968).
Fotografías satelitales tomadas de Google, 1953 y 2021 respectivamente.
Fotografías y dibujos por Miguel Zúñiga.