Vidas paralelas, arquitecturas tangentes
Fernando Higueras y Rogelio Salmona
Miguel Zúñiga
28 – enero – 2024
Esta comparación entre Rogelio Salmona y Fernando Higueras busca ser una puesta en común; una especie de diálogo que permita poner en relación sus obras. No hay constancia o registro de que entre ellos hubiera una amistad o que se hayan influenciado mutuamente y, sin embargo, resulta interesante imaginar una conversación entre ambos, donde hablen sobre las diferencias y, principalmente, las coincidencias entre su arquitectura. La comparación, lejos de buscar certezas o emitir juicios de valor, busca generar aprendizaje y encontrar puntos de convergencia en sus obras, que desde distintas latitudes brindaron respuestas similares en términos de composición y atención al contexto.
El arquitecto colombiano Rogelio Salmona vivió 78 años, entre abril de 1929 y octubre de 2007. Nació en París pero pasó la mayor parte de su vida en Bogotá. Mientras realizaba sus estudios en arquitectura tuvo la oportunidad de ir a Francia a trabajar en el estudio de Le Corbusier, donde colaboró durante siete años. No obstante, logró ser crítico ante el estilo internacional, pues desde sus primeras obras supo reconocer la importancia de situar la arquitectura en su propio contexto natural, social e histórico. Deseaba una arquitectura de esperanzas y posibilidades, que “fuera capaz de resistirse a ser instrumento del cinismo, la especulación y la feúra”1. Algunos lo describen como un hombre gruñón, agudo y simpático2.
El arquitecto español Fernando Higueras vivió 77 años, entre noviembre de 1930 y enero de 2008. Fue un arquitecto barroco y heterodoxo para sus contemporáneos. Defendía la máxima de más es más frente al menos es más de la práctica miesiana. Se alejó de las tendencias arquitectónicas y criticó constantemente a los arquitectos “pedantes” y abstractos. Era un excelente guitarrista3 y defendía que las obras se deben explicar por sí mismas. Además, según sus amigos y cercanos colaboradores, fue un hombre crítico y exigente pero generoso y agradable4.
Un primer punto de encuentro entre ambos puede ser la resistencia –más explícita en Higueras y más implícita en Salmona– que hicieron a las corrientes arquitectónicas del momento: con una mirada crítica, rescatando la importancia del vínculo entre la arquitectura y su contexto.
Empiezan a proyectar arquitectura prácticamente en el mismo momento. En 1960 FH participa en un concurso, promovido por el Premio Nacional de Arquitectura, para realizar diez residencias para artistas, donde obtiene accésit y, a pesar de no haber obtenido el primer lugar, le abrió nuevas puertas y le otorgó cierto reconocimiento internacional. RS, por su parte, ganó en 1959 el concurso para la urbanización El Polo, junto con Guillermo Bermúdez. Estos proyectos, a sus respectivos treinta años de edad –aún cuando no son los primeros– se pueden considerar el origen representativo y simbólico de su arquitectura.
FH hace una propuesta para las residencias de artistas contraria a las tendencias del momento, antimoderna o antimiesiana, por así decirlo. Proyecta cada residencia por separado, poniendo particular atención en su encuentro con la topografía y en la incidencia de la luz solar, buscando que sea la adecuada para el trabajo y la exposición de las obras. RS, por su parte, hace un proyecto multifamiliar, de ladrillo aparente, que agrupa el programa verticalmente para generar espacio público alrededor de los edificios, además de abanicar o descuadrar5 los volúmenes provocando distintos cambios, principalmente en las vistas y en las transiciones entre espacios.
A su vez, estos proyectos tienen coincidencias formales con otras obras. Por ejemplo, las residencias para artistas (1960) de FH con las Torres del Parque (1968) de RS . O bien, la urbanización El Polo (1959) de RS con las Viviendas Subvencionadas para el Plan Parcial de Lanzarote de FH (1963). Coincidencias del todo fortuitas y aparentemente irrelevantes pero que sirven como punto de partida para generar conversación entre sus obras.
Las Torres del Parque y las Residencias para artistas comparten, aunque a muy distintas escalas, una composición radial, en abanico espiral. El programa se divide en varios volúmenes que giran alrededor de un centro propio y adaptándose a la topografía del lugar. Aquí surge otro punto de convergencia y probablemente el más evidente. Ambos hacen uso de formas radiales como estrategia de proyecto. Ya sean vacíos –patios– o llenos –volúmenes–, utilizaron la figura del círculo para dar orden y unidad.
Coincide, además, que sus obras más reconocidas comparten este gesto: el Instituto del Patrimonio Cultural de España (1965) de FH con Antonio Miró y la Biblioteca Virgilio Barco (1999) de RS. Una analogía con las fuerzas físicas del movimiento radial permite analizar y comparar ambas obras. El proyecto de FH tiene una composición centrípeta pues parece que el edificio tiende hacia el origen, en el patio que ordena y simplifica. En cambio, el de RS parece centrífugo, con un punto de origen que sirve de eje y da orden a la mayoría de los volúmenes a su alrededor. Sin embargo, como en la física, no puede existir un movimiento radial sin ambas fuerzas, por lo tanto, la contraposición a su composición sería la experiencia de los edificios, pues en el de FH parte del centro, en el patio donde inician los recorridos, mientras que en la biblioteca los distintos recorridos inician desde fuera, giran y confluyen en el centro.
Otra comparación podría ser el museo López Torres (1980) de FH y el Archivo General de la Nación (1988) de RS. Aunque las escalas son distintas, su forma compositiva es la misma: dos volúmenes cuadrados se sitúan simétricamente con un espacio de ingreso en medio. Uno de esos volúmenes es un macizo mientras el otro tiene un vacío circular al centro, que en el de RS es un patio y en el de FH está cubierto por tabiquillas que regulan la luz solar.
Otro punto de convergencia es que ambos fueron consistentes en el uso de los materiales. Salmona exploró el material más accesible de su contexto, el ladrillo de arcilla, e Higueras el material más usual de la época, el hormigón. Exploraron las cualidades de sus respectivos materiales logrando características de plasticidad, transparencia, flexibilidad, atemporalidad y originalidad, además del gran manejo de los aparejos y cimbrados que acompañaron y potenciaron la libertad formal de sus obras.
Dicha libertad formal fue en FH resultado de una estructura lógica, que buscaba la complejidad formal desde la sencillez estructural y constructiva a través de modulaciones y repeticiones. En RS fue resultado de la constante experimentación plástica del ladrillo y de la influencia de referentes como Hans Scharoun y Alvar Aalto.
Además, ambos dieron especial importancia al trabajo artesanal: FH se rehusaba a aceptar encargos de obras en las que no pudiera estar directamente relacionado con el trabajo de obra, mientras que RS explicaba personalmente los variadísimos empalmes y aparejos de los ladrillos.
Fueron arquitectos preocupados por la sensibilidad y la experiencia humana. Rogelio Salmona buscó consolidar un lenguaje arquitectónico propio, una arquitectura de la realidad, que atendiera a las condiciones físicas y sociales del lugar, así como a las condiciones urbanas y constructivas específicas de cada proyecto6. Fernando Higueras fue un arquitecto que supo ver el mundo con sus propios ojos, desvinculado de cualquier ideología o tendencia. Su motor de búsqueda y acción era su propia creatividad.
La línea vital de RS y FH es muy similar y sin embargo paralela. El misterio de no saber con certeza si existió alguna influencia mutua permite hacer hipótesis sobre sus obras desde la coincidencia –no desde el azar sino– como reflejo de su tiempo, su contexto y, sobre todo, de su manera particular de entender la arquitectura, que pervive plasmada en sus obras con absoluta vigencia pues ambos buscaron una arquitectura que resistiera dignamente el paso del tiempo. Rogelio Salmona y Fernando Higueras representan una resistencia desde la creatividad que, en la arquitectura como en otras disciplinas, nunca dejará de ser necesaria.
1 Rogelio Salmona, La arquitectura como pálpito del lugar, Cátedra EAFIT, Medellín, 2005.
2 Miquel Adrià, Rogelio Salmona, Arquine, Ciudad de México, 2020.
3 Este dato al lector le puede resultar irrelevante, sobre todo cuando se habla principalmente de arquitectura, sin embargo, para el autor resulta importante y hasta esencial.
4 La fundación que lleva su nombre desarrolló una serie de valiosas entrevistas –a sus amigos, colaboradores y clientes– denominada “En torno a Fernando Higueras” que está disponible en Youtube.
5 Camacho, Daniel Felipe. Tesis de Magíster Descuadrar, abanicar, escalonar e imbricar: transformaciones geométricas en los conjuntos de vivienda de Rogelio Salmona, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2015.
6 Silvia Arango, Rogelio Salmona en su contexto, p. 158.
García Olives, Ascensión. Tesis Doctoral El Pensamiento creativo de Fernando Higueras, ETSAM, Madrid, 2015.
Todas las plantas y dibujos son propiedad de la Fundación Rogelio Salmona y la Fundación Fernando Higueras, respectivamente. Fueron tomados de sus páginas web o de los textos anteriormente citados.